Galería de Arte Ilustrado

Resistencia Cívica en Nicaragua -Libertad y Democracia-

La exposición “Resistencia Cívica en Nicaragua – Libertad y Democracia” es una muestra serigráfica itinerante que narra visualmente la dignidad, la creatividad y la determinación del pueblo nicaragüense frente a la represión estatal. A través de 16 ilustraciones serigráficas, esta galería documenta acciones simbólicas de resistencia cívica y acción noviolenta, desde gestos cotidianos hasta expresiones colectivas organizadas, que emergieron durante y después del estallido social de abril de 2018. La exposición ha sido presentada en espacios clave de incidencia política y cultural, incluyendo la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Asunción, Paraguay, la Universidad Internacional de la Florida FIU y la Asamblea Legislativa de Costa Rica. A partir de esa experiencia regional, y con el propósito de ampliar su alcance, ahora se encuentra disponible en formato virtual a través del sitio web del Instituto para la Paz y el Desarrollo (ipades). Esta versión digital no solo multiplica las posibilidades de diálogo, memoria y denuncia, sino que también invita a recorrer —desde cualquier lugar del mundo— las imágenes y relatos que han marcado la lucha por la libertad y la democracia en Nicaragua. A continuación, te presentamos las 16 obras que conforman esta galería, cada una acompañada por su narrativa y contexto.

Marchas y cacerolazos

Entre 2018 y 2021, Nicaragua fue escenario de más de 300 marchas, con cientos de miles de personas que sonaban cacerolazos en más de 100 ciudades y pueblos, como protesta pacífica contra la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los cacerolazos implican hacer ruido golpeando cacerolas y otros utensilios de cocina, permitiendo a los ciudadanos expresar su descontento de manera segura y visible, evitando enfrentamientos directos en un contexto de fuerte represión gubernamental. A pesar de la represión y el exilio forzado de muchos activistas, las fuerzas democráticas y la comunidad internacional continúan su lucha por abrir el espacio cívico y restaurar la democracia en Nicaragua.

Madres y familiares de víctimas

Las Madres y familiares de víctimas se han convertido en un símbolo de la lucha contra la impunidad en Nicaragua, especialmente tras la masacre del 30 de mayo de 2018, donde murieron decenas de personas, incluyendo estudiantes, durante una manifestación pacífica. Estas madres y familiares, que perdieron a sus hijos y seres queridos en las protestas antigubernamentales, se han organizado exigiendo justicia y manteniendo vivo el recuerdo de sus seres queridos asesinados por las fuerzas de seguridad nicaragüenses. La brutalidad de los ataques, con francotiradores que apuntaban a matar a jóvenes desarmados, ha generado una profunda indignación y movilización dentro y fuera del país, a pesar de la represión y la falta de voluntad política del gobierno para esclarecer los crímenes y cumplir con las recomendaciones internacionales de derechos humanos.

Esténcil y artivismo

La práctica de pintar postes, monumentos y paredes con los colores azul y blanco se erigió como una táctica esencial de resistencia cívica frente a la dictadura sandinista en Nicaragua, a pesar de la amenaza de persecución y encarcelamiento por parte del régimen, los habitantes de barrios persistieron en embellecer sus entornos con los colores de la bandera nacional, desafiando así la autoridad establecida. Esta acción simbólica, aunque criminalizada, representó una muestra de solidaridad con las protestas sociales y una manifestación de rechazo a las políticas represivas, además, la difusión de esténciles con imágenes y mensajes de oposición, como el rostro de Ortega con un bigote al estilo de Adolf Hitler y la exigencia de su renuncia, se extendió por todo el país como parte de una estrategia de protesta autoconvocada.

Yo soy Pico Rojo

La campaña “Pico Rojo” surgió en Nicaragua como una expresión creativa y segura de resistencia cívica en medio de la represión estatal tras el estallido social de abril de 2018. El gesto nació cuando un grupo de mujeres, detenidas durante una protesta, se pintó los labios de rojo como símbolo de desafío y dignidad. Ese acto espontáneo se viralizó a través del hashtag YoSoyPicoRojo, invitando a personas dentro y fuera del país a compartir imágenes con los labios pintados en señal de solidaridad. La campaña logró visibilizar la represión, exigir la libertad de las personas presas políticas y amplificar, desde un gesto mínimo, el poder colectivo de la desobediencia civil.

Boicot a la corrupción

Los grupos prodemocracia en Nicaragua han convocado a boicots contra negocios vinculados al Sandinismo, acusándolos de ser cómplices de la represión y la violencia estatal, esta protesta cívica y resistencia cívica busca debilitar económicamente al régimen y sus allegados que aportan a la represión, instando a la población a dejar de consumir en estos establecimientos. La estrategia ha demostrado ser efectiva, obligando a algunos negocios ligados al régimen a cambiar su identidad, incluido el cambio de marcas de cadenas de gasolineras coludidas con el régimen entre otras.

Globos y papelitos

Tirar papeles y globos (conocidos como chimbombas en Nicaragua) de color azul y blanco se convirtió en un poderoso símbolo de resistencia y resistencia cívica contra el sandinismo, lanzados por manifestantes autoconvocados, estos globos llevaban mensajes de protesta contra el dictador y su desgobierno, así como demandas de liberación de presos políticos. Inflados con los colores de la bandera nacional, los globos representaban un desafío al poder establecido, ya que portar la bandera nacional es considerado motivo de cárcel, a pesar de la represión por parte de las autoridades, que incluyó la perforación de globos y disparos intimidatorios, los manifestantes continuaron usando esta táctica durante las protestas.

Máscaras de Monimbó

En el barrio indígena de Monimbó, las máscaras artesanales no solo sirven para burlarse del poder, sino que se han convertido en un poderoso símbolo de resistencia ante la dictadura en Nicaragua, desde la Rebelión de Abril, estas máscaras protegen la identidad de quienes las usan, permitiendo que la lucha continúe de manera pacífica y cívica. A través de la creatividad artesanal, los pobladores de Monimbó expresan su descontento contra el régimen de Daniel Ortega, manteniendo viva la llama de la resistencia incluso en medio de la represión y la persecución constante por parte de las fuerzas gubernamentales. Las máscaras no solo son un escudo físico, sino también un recordatorio de la determinación de un pueblo que se niega a rendirse frente a la opresión.

¡Libertad para los presos políticos!

La persistente lucha de los presos políticos en Nicaragua representa un testimonio indeleble de la resistencia cívica del pueblo nicaragüense contra la opresión de la Dictadura Sandinista. Desde el interior de las cárceles, estos valientes individuos continúan protestando, ya sea mediante huelgas de hambre, manifestaciones simbólicas o simplemente manteniendo viva su voz de disidencia, incluso ante la adversidad extrema, incluidas las condiciones inhumanas y el riesgo de perder la vida, su determinación por la libertad y la justicia sigue siendo inquebrantable, inspirando a toda una nación a no rendirse en su búsqueda de un cambio democrático genuino.

La Marcha de las Cruces

Las marchas de estudiantes en Nicaragua consistieron en movilizaciones pacíficas contra la Dictadura Sandinista, exigiendo justicia y la recuperación de la libertad académica. Un símbolo poderoso de estas protestas fueron las mochilas montadas sobre cruces, representando a los estudiantes asesinados por la represión gubernamental. Este acto simbólico honraba a las víctimas y denunciaba la violencia estatal, subrayando el sacrificio de los jóvenes por la libertad y la democracia. A pesar de la persecución, los estudiantes se mantuvieron organizados y comprometidos con su lucha, utilizando métodos de protesta creativos y pacíficos.

Los Aguadores

Durante las protestas sociales en Nicaragua, un grupo de jóvenes conocido como los Aguadores se organizó para apoyar a las madres de presos políticos que se encontraban en huelga de hambre dentro de la Iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya. Estos jóvenes brindaron agua y acompañamiento como un gesto de solidaridad, frente a un contexto de represión y abandono por parte del régimen. El acto fue criminalizado por las autoridades, que respondieron con detenciones arbitrarias y acusaciones infundadas. Las madres llevaban más de una semana encerradas en el templo, sin acceso a agua potable, luz eléctrica ni insumos básicos, resistiendo en condiciones precarias mientras exigían la liberación de sus hijos.

Donde Duele, Donde Resiste

Miles de nicaragüenses formaron una impactante cadena humana a lo largo de una transitada avenida en Managua, exigiendo la renuncia de Daniel Ortega y Rosario Murillo y el cese de la violencia que ha cobrado la vida de centenas personas en medio de protestas. Con banderas nacionales en mano, los manifestantes se congregaron entre las rotondas Rubén Darío y la Jean Paul Genie, abarcando una distancia de 3,5 km. Mientras en el exilio se congregan en la Plaza de la Democracia gritando Libertad y Justicia desde su destierro.

Resistencia en Masaya

En Masaya, las mujeres y la ciudadanía utilizaron audios nocturnos para desafiar al comisionado general Ramón Avellán, señalado por la ONU como miembro de los mandos policiales responsables de cometer crímenes de lesa humanidad. A través de megáfonos, las activistas lanzaban mensajes humorísticos y valientes desde las barricadas, burlándose de Avellán y cuestionando su papel en la represión, estos audios, que se viralizaron rápidamente en redes sociales, se convirtieron en una forma creativa de resistencia cívica, destacando la valentía de la población de Masaya frente a la brutalidad policial.

Movimiento Campesino

El movimiento campesino en Nicaragua ha surgido como un símbolo de resistencia y resistencia cívica contra las políticas represivas del Régimen Sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Desde 2013, el movimiento ha liderado más de 100 marchas de protesta contra la Ley 840, que busca expropiar las tierras de miles de familias campesinas para el proyecto del canal interoceánico, sin embargo, la represión ha obligado a muchos campesinos a vivir en clandestinidad, huir al exilio o enfrentar encarcelamiento y violencia.

¡Florecerás Nicaragua!

Durante las protestas en Nicaragua, barrios y comunidades se organizaron para protegerse frente a la represión nocturna. Ante el temor de redadas y detenciones arbitrarias, familias establecieron turnos de vigilancia, bloquearon accesos con objetos improvisados y alertaban sobre la presencia de grupos motorizados. Estas redes ciudadanas también ofrecían refugio, alimentos y acompañamiento a quienes marchaban. En un contexto de violencia estatal, la solidaridad barrial se convirtió en una forma vital de resistencia cívica y cuidado colectivo.

Iglesia y fe como expresión ciudadana

En medio de las protestas en Nicaragua, las misas y las vigilias se han convertido en actos fundamentales de resistencia y conmemoración. La iglesia, como institución, ha proporcionado un refugio espiritual y un espacio de solidaridad para los manifestantes, permitiendo que la fe cristiana sea un faro de esperanza en tiempos de adversidad, además, las cruces blancas, colocadas en lugares emblemáticos como la rotonda Jean Paul Genie de Managua y la Plaza de la Democracia en Costa Rica, no solo simbolizan la memoria de los caídos durante las protestas, sino que también representan la lucha por la justicia y el rechazo a la impunidad.

Abuelas Vandálicas

Las abuelas vandálicas, Doña Coquito, Doña Amanda Tinoco y Doña Flor, conocida como la señora del huipil, desempeñaron un papel fundamental en las protestas. Doña Coquito, conocida por regalar agua helada a las madres de las víctimas, se convirtió en un símbolo de la resistencia cívica. A pesar de enfrentar problemas de salud, su participación en las marchas inspiró a muchas personas. Doña Flor, por su parte, destacó por usar un huipil azul y blanco en las manifestaciones, simbolizando su protesta pacífica. A pesar de ser detenida en varias ocasiones, persistió en su activismo. Doña Amanda, una abuelita de Matagalpa, alzó su voz durante las movilizaciones con su grito firme: ¡Que se vayan!